Geopolítica de la economía global y oportunidades pos-COVID-19 son analizadas en foro telemático

Las oportunidades para un nuevo comienzo en los países después de la pandemia del COVID-19, la decadencia del capitalismo, así como la visión humanista e internacionalista compartida entre África y Venezuela fueron parte de los temas a tratar este jueves en el foro telemático “Geopolítica de la economía global: Oportunidades para un nuevo comienzo en los países del sur global después de la pandemia COVID-19”.

La actividad, organizada en el marco de la reciente creación del Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos, contó con la participación de Yuri Pimentel, Kwesi Pratt y Apollinaire Adjagbo.

Durante el encuentro, el viceministro para África del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Yuri Pimentel, disertó -de manera sucinta- sobre el impacto generalizado que ha ocasionado la pandemia por el COVID-19, especialmente en la economía que, considera, sufre la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.

De igual forma, hizo un balance de lo que ha sido el comportamiento oportuno –de contención- frente al COVID-19 de países como Venezuela, Cuba, y Rusia. También apuntó que la crisis sanitaria mundial no es un hecho aislado, sino más bien el fracaso del neoliberalismo y el carácter insostenible del capitalismo.

“El neoliberalismo enfrenta una gran crisis de ideas, muchas de sus debilidades han quedado al descubierto, pero insiste en reciclarse y guardarse”.

Sobre el accionar de los pueblos del sur, dijo que estos deben rechazar ese modelo que está en contra de la vida y de la humanidad, y hacer frente a ese egoísmo con solidaridad y con el proyecto bolivariano -de un mundo multicéntrico y pluripolar- que dejó el Comandante Hugo Chávez, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo.

“Frente al imperialismo proponemos el internacionalismo militante (…) Debemos avanzar hacia el fortalecimiento de los países del sur global”, sentenció el viceministro Pimentel al concluir su intervención.

En esa misma sintonía, el periodista ghanés, editor jefe del periódico Insight y director de Panafrica TV, Kwesi Pratt, agregó que era fundamental “fortalecer organizaciones como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), y el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) para que hagan frente al imperialismo, e inclusive a la misma Unión Africana (UA).

Exhortó además a solidarizarse con Cuba, Venezuela e Irán –países agredidos sistemáticamente y bloqueados por Estados Unidos-, apoyar a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) -y su derecho inalienable a la autodeterminación-, y a denunciar las continuas actividades expansionistas ilegales, violatorias del derecho internacional de Israel en el territorio palestino ocupado.

De igual forma, denunció que el modelo actual ha demostrado su incapacidad para preservar la vida y la de nuevas generaciones.

“Este sistema no es capaz de crear un mundo donde un niño no se vaya a la cama sin comer (…) es un sistema neoliberal que se está haciendo pedazos en nuestra narices”, agregó.

Durante la videoconferencia, el profesor universitario, Apollinaire Adjagbo, inició su intervención definiendo algunos conceptos básicos, entre esos, el de economía geopolítica, la cual es definida como “el espacio o arma que los Estados y las compañías transnacionales utilizan para alcanzar el predominio económico en los mercados globales».

Al mismo tiempo, habló sobre las consecuencias de la pandemia del COVID-19, las cuales, a su juicio, van más allá de los impactos económicos y ecológicos.

Dijo además, que los problemas que se han tenido para contener al COVID-19 se deben –en gran parte- a las dificultades de los Estados para entrar en las comunidades más vulnerables y a la inacción –de algunos gobiernos y de la comunidad internacional- frente a los conflictos armados y la violencia en algunos países.

El profesor Adjagbo continuó su intervención hablando sobre las perspectivas que se tienen para la recuperación económica en el mundo y especialmente en el continente africano luego de que pase la pandemia del COVID-19.

Cabe destacar, que al inicio de actividad telemática, Guillermo Barreto, representante del Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos, realizó una balance de los estragos de la pandemia y compartió además algunas interrogantes que han surgido a partir de la pandemia.

“¿A qué tipo de normalidad queremos volver? ¿Es acaso el final del capitalismo? El capitalismo ha perdido su hegemonía, pero ¿es acaso ya la nueva normalidad? (…) Creo que esta videoconferencia debe servir para debatir eso, y para ver los retos de la nueva normalidad”, señaló, añadiendo que la crisis no solo se limita a los problemas de inseguridad alimentaria, sino también a la aplicación de las medidas coercitivas unilaterales por parte de Estados Unidos e inclusive al cambio climático.

De igual forma, habló sobre los cambios políticos y económicos que se están impulsando en el mundo a través de Rusia y China, esta última con la construcción de La Franja y la Ruta, y que hacen frente al modelo “civilizatorio” capitalista.

Canciller Arreaza insta a repensar la institucionalidad multilateral ante agotamiento del modelo capitalista neoliberal

El ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, argumentó este miércoles las señales que evidencian el agotamiento del modelo capitalista neoliberal y la necesidad de repensar la institucionalidad multilateral en el nuevo ciclo histórico que surge y de proteger la Carta de las Naciones Unidas como instrumento vigente para garantizar la paz y la seguridad internacionales.

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Nace el Fondo Humanitario del ALBA para hacer frente a los desafíos económicos de la pandemia del COVID-19

Este 3 de julio de 2020, el órgano de dirección del Banco del Alba aprobó la constitución del Fondo Humanitario del Alba, con lo cual a partir de hoy la Alianza Bolivariana cuenta con esta herramienta financiera para consolidar y ejecutar recursos dirigidos a las acciones orientadas a mitigar los efectos de la pandemia de Covid-19, entre ellos el necesario apoyo financiero para el reimpulso económico.

Esta medida surge de las decisiones adoptadas por los líderes del Alba del 10 de junio y del plan de trabajo para el fortalecimiento económico aprobado en la reunión de los Consejos Político y de Complementación Económica de la Alianza Bolivariana, del 29 de junio pasado.

En el contexto de la crisis sanitaria, económica y social producida por el impacto de la pandemia del Covid-19 y frente a la politización y subordinación a los poderes hegemónicos de los tradicionales mecanismos financieros surgidos de Bretton Woods, los miembros del ALBA-TCP propusieron crear un frente que permita combatir y ayudar a subsanar las necesidades económicas de los países de la ALIANZA, mediante la constitución de un fondo al cual denominaron Fondo Humanitario del Alba.

La gestión del Fondo Humanitario del Alba contará con la experiencia desarrollada por el Banco del Alba en el manejo de fondos dirigidos a proyectos de desarrollo. A lo largo de sus 11 años de existencia, el Banco del Alba ha realizado operaciones fiduciarias que superan los USD 500MM y cuenta con la agilidad institucional necesaria para adaptarse a los más diversos escenarios.

Frente a este particular, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, expresó que este fondo será necesario para atender a los países del Alba en situaciones excepcionales “El mecanismo deberá activarse de manera inmediata con aportes iniciales que estén al servicio de los pueblos si se presenta una catástrofe, y así poder expresar solidaridad en tiempo real”, enfatizó.

El 2 de septiembre de 2002, el presidente Hugo Chávez propuso por primera vez la creación de un Fondo Humanitario Internacional, Durante la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, realizada en Johannesburgo, Sudáfrica: “Solo así podríamos comenzar de verdad a revertir el camino hacia el desastre en que llevamos al mundo, solo así podríamos responderle a los niños que nos hablan desde los abismos de los pueblos, solo así podríamos hacer realidad el sueño de justicia que impera por todo el mundo”. El Fondo Humanitario del Alba nace con el mismo espíritu de justicia, desarrollo social y solidaridad.

Banco del ALBA

Cooperación del ALBA-TCP garantiza repatriación de brigada médica y estudiantes becados en el Caribe Oriental

Como parte de la cooperación dentro de los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el lunes 29 de junio, se realizó un vuelo humanitario que conectó a Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves y la República de Cuba, en el que destaca el apoyo brindado por Venezuela, con la facilitación de su aerolínea para lograr el retorno de los repatriados.

Actualmente, está suspendida la conectividad aérea entre los países de la cuenca del Caribe, y como muestra de las prácticas de solidaridad en la integración de la Alianza Bolivariana, mediante la aerolínea venezolana y el auspicio del Banco del Alba, se logró el traslado a sus países de origen de 66 estudiantes becados en Cuba, de San Cristóbal y Nieves, junto a los de Antigua y Barbuda. De igual forma, se trasladaron 41 médicos cubanos a las Antillas Mayores, tras cumplir la misión internacionalista de mitigación de los efectos de la pandemia.

En este sentido, el vicepresidente para el área económica, Tareck El Aissami, aprovechó destacar durante la Reunión Conjunta del Consejo Político y del Consejo de Complementación económica del ALBA-TCP realizada ayer, que Petrocaribe y el Banco del Alba son considerados parte importante dentro del cuerpo poderoso de la Alianza Bolivariana, para poder enfrentar la coyuntura del COVID-19, manteniendo como prioridad, la complementariedad entre países.

Dentro de esta iniciativa, cabe acotar que se ha enmarcado el traslado de las misiones médicas de solidaridad en la región y el envío de pruebas diagnósticas para la lucha de los pueblos contra la pandemia.

Venezuela propone la creación de un Fondo Humanitario Internacional para los países del ALBA

La República Bolivariana de Venezuela propuso este lunes la creación de un Fondo Humanitario Internacional sustentado por aportes iniciales del Banco del ALBA, con el objetivo de brindar apoyo económico a los países miembros de la plataforma regional ante cualquier contingencia por riesgos naturales o ambientales.

Así lo dio a conocer el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, durante la reunión telemática conjunta correspondiente al XX Consejo Político y X Consejo de Complementación Económica del ALBA-TCP.

«Necesitamos estar prestos no solo para contingencias como la del COVID- 19, sino para la temporada de huracanes que siempre hace estragos en mayor magnitud en nuestros hermanos Estados del Caribe. La solidaridad será expresada en tiempo real», informó.

El canciller venezolano detalló que el Banco del ALBA también desarrollará un nuevo sistema financiero regional con mecanismos de compensación, y acompañamiento técnico en todos los países parte de la región, en el marco del Plan de Contingencia Económica Post COVID-19, expuesto durante la reunión.

Este plan elaborado a partir de los planteamientos de presidentes y primeros ministros de los países miembros, e invitados especiales, durante la conferencia sobre economía post pandemia realizada el 10 de junio, también contempla la reactivación de ALBA-Salud, ALBA-Alimentos, y la creación de un banco de medicinas, insumos, y pruebas diagnósticas del coronavirus.

Estuvieron presentes en el encuentro virtual, el vicepresidente de Economía, Tareck El Aissami; el ministro del Poder Popular de Economía y Finanzas, Simón Zerpa; el presidente del Banco Central de Venezuela, Calixto Ortega Sánchez; el vicepresidente de Asuntos Internacionales de Pdvsa y viceministro para América Latina, Rander Peña y el presidente del Banco del ALBA y viceministro para el Caribe, Raúl Li Causi.

Venezuela propone Plan de Contingencia Económica Post COVID-19 en reunión virtual del ALBA-TCP

Durante la instalación este lunes de la histórica reunión virtual conjunta correspondiente al XX Consejo Político y X Consejo de Complementación Económica de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la República Bolivariana de Venezuela propuso un Plan de Contingencia Económica Post Covid-19, afianzado en la reactivación de Petrocaribe y el Banco del ALBA.

El ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, señaló que el documento elaborado recoge los planteamientos de los presidentes y primeros ministros de los países miembros, e invitados especiales, expuestos durante la conferencia sobre economía post pandemia realizada el 10 de junio, a fin de que el ALBA-TCP «no se quede en medio de la pandemia como espectador ni en una posición defensiva, sino que asuma una postura de coordinación en ofensiva, de predecir los efectos que está generando la pandemia en nuestras economías».

En este sentido, indicó que la propuesta nacional contempla reactivar ALBA-Salud y ALBA-Alimentos. Explicó que el primer programa incluye articular los sistemas de salud a un nivel de máxima coordinación; crear un banco de medicinas, insumos, pruebas diagnósticas, y un banco de vacunas contra el COVID-19, una vez que resulten eficaces los ensayos clínicos que desarrollan distintos países, en coordinación con la Organización Mundial de la Salud.

ALBA-Salud además prevé establecer un observatorio de salud que monitoree la evolución y la presión sobre los servicios médicos en los países miembros y continuar fortaleciendo la formación de profesionales en el área, acotó el Canciller.

La propuesta de Plan, contentiva de ocho puntos, establece asimismo fortalecer el transporte Intra Alba, como soporte del intercambio comercial y de viajeros; garantizar la libre circulación de fondos, mediante la compensación en monedas locales y uso de criptomonedas, y promover una estrategia común para el desarrollo económico, mediante el reimpulso del Consejo de Complementación Económica.

El diplomático también mencionó la propuesta del crear un Fondo Humanitario Internacional del ALBA-TCP, como una medida de alivio de los desastres naturales que impactan especialmente a las naciones insulares.

Reactivación de Petrocaribe

Tareck El Aissami, vicepresidente sectorial del Área Económica, apuntó que el plan que propone Venezuela persigue que desde el ALBA-TCP se sienten las bases de un nuevo comienzo post COVID-19 «hacia la construcción de una economía real, productiva, concreta».

Detalló que la nación bolivariana apuesta por la reactivación de Petrocaribe, que este lunes arriba a su décimo quinto aniversario, y el Banco del ALBA, como «los dos brazos vigorosos, poderosos» del mecanismo de integración regional.

El también ministro de Petróleo y de Industrias precisó que desde Venezuela se ha construido una nueva fórmula para relanzar Petrocaribe aprovechando sus capacidades existentes, «una nueva arquitectura energética que impacte directamente en la calidad de vida de nuestros pueblos».

La representación venezolana en el encuentro virtual está conformada también por el ministro del Poder Popular de Economía y Finanzas, Simón Zerpa; el presidente del Banco Central de Venezuela, Calixto Ortega Sánchez; el vicepresidente de Asuntos Internacionales de Pdvsa y viceministro para América Latina, Rander Peña y el presidente del Banco del ALBA y viceministro para el Caribe, Raúl Li Causi, entre otras autoridades.

El ALBA-TCP se encuentra integrado por Venezuela y Cuba como miembros fundadores, y Nicaragua, Dominica, Granada, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y San Cristóbal y Nieves.

ALBA TCP

15 años de Petrocaribe: Iniciativa de integración de los pueblos

En el año 2005 se suscribió en la ciudad de Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, el Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe, propuesto por el entonces presidente Hugo Chávez con la finalidad de coordinar políticas energéticas que permitieran disminuir las asimetrías existentes en la región, diversificar la matriz energética de los países miembros, eliminar la intermediación de las transnacionales y minimizar los costos de operación.

“Este acuerdo de cooperación energética propuesto por la Revolución Bolivariana, y con el apoyo de todos ustedes, que agradecemos tanto, nace justamente del análisis que hemos hecho de las tremendas desigualdades de la región. Petrocaribe trasciende un simple mecanismo de comercio, de hidrocarburos; es un mecanismo integrador y, más allá, unificador, y, más allá, liberador”, expresó el comandante Hugo Chávez, durante su intervención en la IV Cumbre de Petrocaribe, en Cienfuegos, Cuba, el 21 de diciembre de 2007.

Petrocaribe es una iniciativa suscrita por 18 naciones con necesidades comunes, a partir del acceso justo y equitativo a los recursos hidrocarburíferos, con base en los principios de solidaridad, complementariedad, respeto y autodeterminación de los pueblos latinoamericanos y caribeños.

“Ahora nos toca a nosotros hacer el sueño del Libertador Simón Bolívar en la Carta de Jamaica (…) Petrocaribe es la base para la construcción de una nueva independencia en América Latina y el Caribe”, señaló el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la X Cumbre del mecanismo, realizada en Jamaica el 5 de septiembre de 2015.

Los países signatarios de este Acuerdo de Cooperación Energética son Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.

Este acuerdo ha permitido a los países signatarios, a lo largo de estos 15 años, el acceso a los recursos energéticos bajo un esquema de financiamiento a largo plazo, el cual ha propiciado la ejecución de proyectos en el ámbito social, auspiciando el desarrollo de una infraestructura con la cual los países suscritos han avanzado hacia la independencia y seguridad energética.

Además de rescatar los lazos de hermandad entre los pueblos caribeños, la creación de Petrocaribe constituyó el primer acuerdo energético de naturaleza solidaria y con fines de desarrollo y justicia social.

Petrocaribe ha traído consigo integración y complementariedad en el ámbito de la salud, infraestructura, electricidad y educación a sus países miembros.

La integración latinoamericana y caribeña en el marco de la Diplomacia Bolivariana de Paz, permitió el surgimiento de Unasur, la Celac, Petrocaribe y el ALBA-TCP, organismos multilaterales que el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, promovió con gran visión estratégica, obteniendo grandes resultados en beneficio de los pueblos.

Relanzamiento de Petrocaribe

«Hemos visto el nacimiento de Petrocaribe y el compromiso que tenemos, que vamos a cumplir, de reanimar Petrocaribe este año. Ya están dados los pasos y conversado los métodos», manifestó el presidente Nicolás Maduro, durante la videoconferencia con los jefes de Estado y primeros ministros que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el pasado 10 de junio.

El Jefe de Estado enfatizó la fortaleza de este mecanismo de cooperación energética, que ha logrado mantenerse a pesar de la persecución y bloqueo permanente que impone el Gobierno de los Estados Unidos en contra de Venezuela.

“El ALBA conmemoró sus 15 años en La Habana en diciembre pasado y ahora en el mes de junio se cumplen 15 años de Petrocaribe, sí se puede, lo hemos demostrado y a pesar de la persecución energética, financiera, comercial, a pesar de que Donald Trump pretenda poner su rodilla sobre el cuello de Petrocaribe y de Venezuela, no podrán asfixiarnos, no podrán con nosotros. Bajo ninguna circunstancia la rodilla de Donald Trump podrá asfixiar y matar la idea maravillosa de Bolívar, Martí, Fidel y Chávez. ¡Jamás!».

La República Bolivariana de Venezuela ratifica su compromiso con el relanzamiento de este mecanismo de cooperación energética y con los pueblos del Caribe para continuar articulando mecanismos bajo los principios de solidaridad, hermandad y complementariedad.

Vicepresidencia Económica

ALBA-TCP celebra este lunes consejos político y económico para evaluar propuestas post pandemia en estas áreas

Los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) sostendrán este lunes, 29 de junio, el XX Consejo Político y el X Consejo Económico de la organización, en formato virtual, propuesta elevada por Venezuela durante la Conferencia de Alto Nivel: Economía Post Pandemia en el ALBA-TCP, realizada el pasado 10 de junio, en la misma modalidad telemática.

Al realizar el planteamiento en el reciente encuentro, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, justificó que el consejo conjunto debe servir para evaluar y darle concreción a las propuestas expuestas por los presidentes, primeros ministros y expertos durante la conferencia económica.

En la citada conferencia, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, alertó que la pandemia de COVID-19 generará la peor recesión en la historia de la región, con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) estimada en -5,3% en 2020, sobre todo en América del Sur, con menor impacto en las naciones del Caribe, por lo que recomendó impulsar nuevos sectores estratégicos, una mayor integración productiva e implementar políticas universales, redistributivas y solidarias en beneficio de los pueblos.

El encuentro virtual de este lunes coincide con el XV aniversario de Petrocaribe, un Acuerdo de Cooperación Energética solidario impulsado por el Gobierno Bolivariano de Venezuela.

Venezuela y Cuba son miembros fundadores del ALBA-TCP, y la integran además Nicaragua, Dominica, Granada, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y San Cristóbal y Nieves.

Foro virtual analiza acuerdos de la reciente Conferencia de Alto Nivel: Economía Post Pandemia en el ALBA-TCP

‘ALBA-TCP: Solidaridad internacional y recuperación económica en tiempos de pandemia’, fue el nombre de un foro virtual realizado este sábado con el líder indígena boliviano Evo Morales, el viceministro para América Latina del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Rander Peña, y el político sandinista Carlos Fonseca Terán.

El espacio organizado por la publicación argentina Pulso de los pueblos, y moderado por el periodista y analista internacional Jorge Kreyness, sirvió para disertar sobre las debilidades y fortalezas de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) en materia económica tras la contingencia mundial generada por el COVID-19.

En ese sentido, Morales reiteró su propuesta de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Estados se hagan cargo de la industria mundial de los medicamentos, que no puede estar en manos de empresas privadas o transnacionales.

Del mismo modo, expresó su apoyo frente a la propuesta del presidente Nicolás Maduro de asumir como bloque la vacuna y los tratamientos médicos contra el COVID-19 como prioridad del ALBA-TCP, de la mano de la OMS y países como Rusia y China, para garantizar el acceso inmediato y la distribución a los pueblos de la región.

Morales alertó sobre la devenida guerra biológica inducida para atacar a la “población innecesaria” como les llama el sistema capitalista a los abuelos, pobres y demás población vulnerable. Y cómo Estados Unidos y sus aliados insisten en atacar mecanismos de integración como el ALBA-TCP y Unasur.

Sobre el panorama interno que vive su país, comentó que el gobierno de facto, bajo la tutela de EEUU, insiste en sabotear las elecciones en Bolivia porque sabe que el partido Movimiento al Socialismo (MAS) puede ganar. De igual forma lamentó la privatización de áreas del sector económico y la ola de racismo y discriminación contra el pueblo boliviano y sus símbolos.

En otro orden de ideas, el viceministro venezolano Rander Peña, recordó durante el foro virtual las propuestas de Venezuela en la Conferencia de Alto Nivel: Economía Post Pandemia en el ALBA-TCP, celebrada el pasado 10 de junio.

Entre esas, el Consejo conjunto –planteado por el presidente Maduro para el 29 de junio, fecha en que se celebrará el XV aniversario de Petrocaribe- con los cancilleres y ministros de Economía de los países de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos, para darle concreción a las propuestas planteadas durante la referida conferencia económica celebrada telemáticamente.

De igual forma, insistió en que la apuesta del ALBA y demás mecanismos de integración para afrontar los desafíos mundiales debe hacerse a través del fortalecimiento multilateralismo.

En la jornada de reflexión, el político sandinista Carlos Fonseca reflexionó sobre el fracaso que ha demostrado ser el modelo neoliberal, al no poder responder a los grandes problemas de la humanidad.

Enfatizó, que pese a la actual crisis económica-social existen condiciones favorables para el fortalecimiento de los modelos populares, los únicos capacitados para dar respuesta a las necesidades y expectativas de los seres humanos.

10 puntos post COVID-19 de Vijay Prashad

Agenda de 10 puntos para el mundo en desarrollo después del COVID-19

Vijay Prashad
Instituto Tricontinental de Investigación Social

En 1974, la Asamblea General de la ONU aprobó el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), que fue impulsado por el Movimiento de Países No Alineados. Ahí se expuso un plan claro para la transformación estructural del sistema mundo que estaba a las puertas de una crisis y se vería forzado a tomar un rumbo neoliberal; esta orientación neoliberal profundizó la crisis y nos a este callejón sin salida para las posibilidades humanas. Es por esta razón que los países en desarrollo necesitan construir una alternativa clara al camino capitalista. La agenda de diez puntos desarrollada por el Instituto Tricontinental de Investigación Social presentada acá, parte del NOEI de 1974 y se enmarca en el espíritu del Fondo Humanitario Internacional (visualizado por el presidente Hugo Chávez). Esperamos que el ALBA pueda promover esta agenda dentro del MNOAL y regresar a la Asamblea General de la ONU para una nueva resolución sobre el Orden Económico Internacional.

1. Atacar la pandemia global

Nuestra prioridad es atacar la pandemia global. Para este fin, aumentar la producción del sector público hacia mascarillas, equipos de protección, respiradores, hospitales de campaña y pruebas para toda la población debe ser central -como ya lo es en Vietnam y en Venezuela. Se debe establecer el control obrero sobre las condiciones de trabajo para que los trabajadores – quienes están en la mejor posición para tomar estas decisiones – puedan proveer un ambiente de trabajo higiénico. Ante lo que ha sido la ausencia de acción pública adecuada, los gobiernos necesitan crear planes de trabajo para contratar personas para proyectos que rompan la cadena de contagio y que garanticen que el pueblo sea alimentado, vestido y se mantenga saludable; tales acciones públicas podrían aprender de las de las cooperativas en Kerala y de los Comités de Defensa de la Revolución en Cuba. La fuerza laboral de sectores clausurados – como turismo – deberían inmediatamente ser contratados para empleos que contrarresten la pandemia.

2. Solidaridad Médica

Un frente unido de Países en Desarrollo debe rechazar al FMI y a los límites impuestos por acreedores sobre los salarios de la administración pública; debido a estos límites, los países en desarrollo han estado perdiendo personal médico para los Estados del Atlántico Norte. Los Estados deben utilizar sus recursos preciosos para ampliar la educación médica pública y para capacitar trabajadores de la salud dentro de las comunidades para proveer servicios de salud pública. El internacionalismo médico del ALBA – con las brigadas cubanas al frente -deben convertirse en modelo para el mundo a través de la OMS; el internacionalismo médico chino jugaría un papel clave aquí cuando EEUU abandona la OMS. El sector de salud pública entero debería ser nacionalizado y centros médicos más pequeños deben ser creados para que el pueblo pueda fácilmente acceder a las instalaciones públicas de salud. Los gobiernos deben retirarse de planes de seguros públicos para el cuidado médico privado; en otras palabras, no más subsidio para el cuidado médico privado. El sistema público de salud debe ser fortalecido, incluyendo la producción de equipos médicos y medicamentos y la distribución de medicamentos esenciales (cuyos precios deben ser regulados).

3. El Patrimonio Intelectual

Los Países en Desarrollo deben presionar para la reconsideración del Acuerdo sobre los ADPIC (Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio), que otorga derechos irrestrictos de propiedad sobre bienes que deben ser parte del patrimonio global. Esto aplica directamente a la vacuna del COVID-19, la cual debe ofrecerse sin consideraciones para la producción en los distintos países, pero igualmente aplica a cualquier fármaco, muchos de ellos producidos con financiamiento público, y debe aplicar las tecnologías energéticas que rápidamente nos conducirían de los combustibles fósiles a combustibles renovables, así como a la tecnología de comunicación (como el 5G). A corto plazo, los Países en Desarrollo deben ampliar los mecanismos para la transferencia de ciencia y tecnología entre sí.

4. Cancelación de la Deuda

Cálculos razonables sugieren que los países en desarrollo deben $11 billones en deuda externa, con tan sólo el servicio de la deuda de este año estimado en $3,9 billones. Con la recesión del coronavirus, tales pagos son impensables. El alivio de la deuda debe ir más allá de los 47 Países Menos Desarrollados e incluir todos los países en desarrollo; este alivio no debe sólo ser un aplazamiento, sino que debe ser la cancelación de la deuda (tanto de acreedores públicos como privados). Una alianza internacional debe formarse para que el servicio de la deuda sea plenamente canalizado hacia las necesidades más urgentes de la sociedad.

5. Solidaridad Alimentaria

La mitad de la población mundial lucha contra el hambre. La soberanía alimentaria y la solidaridad alimentaria son antídotos esenciales, como ha sido demostrado por plataformas como Vía Campesina. Tanto como sea posible, el control corporativo sobre la agricultura debe disputarse y la producción de alimentos debe convertirse en una prioridad de derechos humanos. Se deben dirigir fondos hacia la ampliación de la producción de alimentos; es necesario que estos fondos se inviertan en infraestructura para la producción agraria (incluyendo la ampliación de proyectos tales como un Banco de Semillas del ALBA). Se deben fortalecer los sistemas universales de distribución de alimentos para otorgarles mayores ingresos a los agricultores y para garantizar la distribución de alimentos a los pueblos. A su vez, un paisaje rural más robusto descongestionaría las ciudades y atraería a personas a vivir vidas significativas en áreas rurales.

6. Ampliar lo público

El CoronaShock ha demostrado que el sector privado simplemente no está en capacidad de abordar las emergencias y mucho menos las necesidades humanas. Los Países en Desarrollo deben liderar ofreciendo una defensa robusta del sector público, no sólo para la producción de bienes y servicios clave (medicamentos y alimentos), sino también para todo lo que es esencial para la vida moderna – más vivienda pública, más transporte público, más WiFi público y más educación pública. Haberle permitido al sector del lucro convertir en mercancía estas partes de la vida humana ha erosionado nuestra capacidad de construir una sociedad civilizada.

7. Impuestos a las fortunas

Actualmente, cerca de $32 billones reposan en paraísos fiscales deslocalizados y montos desconocidos de dinero simplemente no son contados a la hora de cobrar impuestos. Dos cosas son necesarias: primero, recuperar los flujos financieros ilícitos y, en segundo lugar, que los impuestos a las fortunas sean debidamente aplicados sobre los altos escalones de la burguesía y de los ricos terratenientes, así como a los financistas y a aquellos envueltos en la especulación financiera. Estos fondos serían suficientes para redirigir prioridades hacia eliminar la pobreza, el hambre, en analfabetismo, la indigencia y la falta de dignidad.

8. Controles al capital

Sin controles al capital, un país no tiene soberanía económica efectiva. Los Países en Desarrollo deben crear una plataforma internacional que comprometa a cada uno a imponer controles al capital; este es un tema político que no puede ser implementado por un solo país. Los controles al capital son medidas tomadas por un gobierno para regular el flujo de las finanzas dentro y fuera del país. Tales controles incluyen impuestos a transacciones, requisitos mínimos de permanencia y límites sobre la cantidad de divisas que se pueden mover a través de las fronteras. Los controles al capital y el control democrático sobre el Banco Central prevendrían la fuga de capitales y debería darles soberanía a los gobiernos sobre sus divisas y su economía.

9. Comercio regional sin el dólar

La desdolarización es una parte esencial de una nueva agenda. El 60% de las reservas del mundo están en dólares y el comercio mundial mayormente se conduce en dólares. El Complejo Dólar-Wall Street tiene casi asfixiadas a las finanzas y al comercio internacional; no sorprende que las sanciones unilaterales de los EEUU sean capaces de tener un impacto catastrófico sobre países no porque ellos dependan del dólar sino porque sus socios comerciales están inmersos en él. El dólar se ha convertido en un arma para socavar el desarrollo. Es necesario desempolvar sistemas alternativos de pago como el Sucre y crear nuevas instituciones financieras globales para facilitar las transferencias electrónicas. A corto plazo, este podría crearse un servicio regional sin el dólar, aunque existe una necesidad de que surjan instituciones globales que hagan a un lado la inmensa ventaja que el dólar como divisa global le otorga a los Estados Unidos. De forma relacionada, existe una necesidad de fortalecer los bloques comerciales regionales que aceptarían el trueque como mecanismos de pago.

10. Planificación centralizada, vida descentralizada

La pandemia nos ha demostrado el poder de la planificación central y la importancia de la acción pública descentralizada. Las economías a las que no se les permite planificar el uso de sus recursos se tambalearon ante el virus. Es necesario establecer mecanismos de planificación central participativos sobre una escala que cada vez crezca más para replantear la producción mundial más hacia la necesidad que hacia el lucro; estos planes deben derivar del máximo aporte democrático y debe ser transparente para el público. La planificación central permitiría la nacionalización de sectores tales como la minería (incluyendo la producción energética), la producción de plantaciones, el procesamiento de alimentos y el turismo; estos se colocarían bajo el control obrero a través de cooperativas. Sería un instrumento para minimizar el despilfarro, incluyendo el derroche en gastos militare. Un amento del autogobierno local y de la producción cooperativa, así como las asociaciones y los sindicatos populares, permitirán que la vida social se haga cada vez más democrática.