Debaten sobre el decadente modelo hegemónico durante II Encuentro para una Alternativa Social Mundial


Caracas, 24 de julio de 2024.- En el marco del II Encuentro para una Alternativa Social Mundial: De Bolívar a Chávez, se llevó a cabo el panel titulado «Alternativa por el equilibrio del mundo», donde destacados analistas abordaron la evolución de la geopolítica actual y la creciente multipolaridad. 

La investigadora Georgette Kuri, miembro de la Red en Defensa de la Humanidad, compartió su visión sobre la importancia de consolidar identidades y vencer problemáticas comunes en América Latina y el sur global.

Durante su intervención, subrayó la necesidad de construir una agenda social que permita articular experiencias históricas de lucha y avanzar hacia nuevos paradigmas políticos.

Kuri enfatizó que el desafío del siglo XXI radica en reconocer las potencialidades de los pueblos. Afirmó que este proceso, que se inicia con foros y debates, busca sentar las bases para un cambio significativo en la forma en que se realiza la política en la región.

En este contexto, resaltó el caso de Venezuela, un país que, según Kuri, se erige como un referente en la búsqueda de alternativas al modelo hegemónico tradicional.

“El socialismo del siglo XXI, como lo han denominado, no se reduce meramente a un término político, sino que abarca una visión integral que promueve transformaciones profundas en la sociedad”.

Sergio Rodríguez Gelfenstein, analista internacional, señaló que «el primer conflicto» reside en nuestra percepción de un mundo pluripolar y la decadencia de Estados Unidos como potencia hegemónica. 

La creación de un sistema mundial bipolar había beneficiado a Washington hasta la crisis de hipotecas de 2008-2009. En ese momento, Rusia comenzó a recuperar su estatus como potencia mundial y China ya había afirmado su influencia económica, explicó.

El año 2012 marcó un antes y un después en esta nueva configuración. La reelección de Vladimir Putin en Rusia coincidió con la elección de un nuevo líder en China, ambos protagonistas de un proceso histórico y político que definieron la era post Segunda Guerra Mundial, en la que el imperialismo había delineado la oposición entre estos países.

“En contraposición, Rusia y China, tras sus respectivos procesos de recuperación, comenzaron a entablar relaciones comerciales que en 2010 apenas alcanzaban los 10.000 millones de dólares, pero que se proyectaron para 2020 sobrepasando los 200.000 millones”, explicó.

Rodríguez Gelfenstein resaltó que este diálogo bilateral propició la propuesta de un nuevo orden mundial centrado en un vasto espacio euroasiático, que podría equilibrar el dominado por Estados Unidos en el Atlántico Norte desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. 

Ante este panorama, Estados Unidos, a través de la expansión de la OTAN hacia el este, intentó evitar la consolidación de esta nueva alianza, reiniciando una rivalidad geopolítica similar a la que se vivió durante la Guerra Fría, donde cada potencia busca proteger su esfera de influencia.

Por su parte, Ramón Grosfoguel, sociólogo y pensador decolonial, aportó su perspectiva sobre el papel de las élites imperialistas en este contexto. 

Grosfoguel advirtió que «no podemos subestimar a las élites imperiales», argumentando que, a pesar de su aparente decadencia, poseen «nuevas ideas y proyectos distópicos» que amenazan la vida en el planeta. 

Acentuó que estas élites, especialmente el capital financiero que se congrega anualmente en Davos, están trabajando en lo que denominan «el nuevo reinicio», lo que revela que «tienen un proyecto que debemos conocer y combatir».