Evo Morales propone que OMS asuma industria de los medicamentos en conferencia del ALBA-TCP

El líder indígena boliviano Evo Morales propuso este miércoles que la Organización Mundial de la Salud y los Estados se hagan cargo de la industria mundial de los medicamentos, que «no puede estar en manos de privados o transnacionales», como parte de una campaña internacional que planteó a los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

Durante su participación como invitado especial en la Conferencia de Alto Nivel: Economía Post Pandemia en el ALBA-TCP, expresó que la «vida no puede ser una mercancía», destacando las experiencias cubana y venezolana en materia de garantizar el derecho a la salud.

En materia económica, Evo Morales saludó el planteamiento de la Cepal sobre la suspensión del pago de intereses y de la deuda externa en el contexto de la crisis generada por la pandemia. «Creo que debemos debatir de manera conjunta qué hacemos con la deuda externa, si no es condonarla, cómo reprogramar, diferir el pago», insistió.

En otro orden de ideas, afirmó que “la llamada potencia mundial no es tal”, en referencia a la respuesta errada del Gobierno de Estados Unidos frente al COVID-19, que mantiene a la nación norteamericana como epicentro de la pandemia.

Argumentó que la “línea de la política norteamericana y la derecha golpista, fascista y racista no quiere que haya elecciones (en Bolivia), quieren postergar de manera indefinida, quieren deponer la Constitución de 1994, a través de un decreto ley, que es volver al Estado colonial, dejando de lado al Estado Plurinacional”.

Morales alertó sobre el peligro que representan estas intenciones del ala fascista y sostuvo que la responsabilidad de él es “por ahora garantizar, cómo cuidar las elecciones nacionales que están programadas para el 6 de septiembre”.

Sobre el panorama interno que vive su país, lamentó que han empezado a privatizarse áreas del sector económico y a paralizarse todas las obras que estaban levantándose, en función de detener todas las empresas públicas, ante lo cual “el pueblo boliviano está indignado, se ha decepcionado del gobierno de facto”.